issue 2April 2014
De Tijuana a Mérida (Español)Los 10 mejores discos mexicanos del 2013
By Gerardo Alejos
Las escenas de jazz de vanguardia, arte sonoro, improvisación electroacústica y ruidismo en México viven desde mediados de la década de los 2000 un período de inusitada energía creativa, y 2013 parece haber sido el año en que algo cercano a la totalidad de este impulso creador quedó al fin registrado en documentos sonoros que le hacen justicia.
Un rasgo innegable de la buena racha que vive la escena experimental mexicana es su estridente e irreversible descentralización. La mitad de los discos de esta lista fueron hechos por músicos que no residen en la capital del país: Yair López vive en Puerto Vallarta; Mario Quiroga/Vulgar Disease en Puebla; Miguel Pérez/Wehrmacht Lombardo en Ciudad Juárez; los dos integrantes de Xtul son de Mérida y Angélica Castelló reside en Austria desde hace casi dos décadas, mientras que Sergio Sánchez/Los Heraldos Negros, Remi Álvarez y los integrantes de su trío, así como los miembros de Generación Espontánea, Carlos Marks y Muz Muz residen en la capital del país.
Desde Tijuana hasta Mérida y con brío renovado –reitero– desde mediados de los 2000, músicos y promotores han tejido fuertes redes humanas y artísticas –en palabras del peregrino de las Soledades de Góngora, «si de leño no, de lino / fábrica escrupulosa, y aunque incierta / siempre murada, pero siempre abierta»– que propician hallazgos y colaboraciones en vivo entre músicos mexicanos e internacionales mediante ciclos de conciertos y festivales como Transitio, Volta, Articulaciones del Silencio, El Historial, Impro Sessions, Umbral, Radar, así como Aural y su festival paralelo organizado por El Nicho, todos ellos del DF, al igual que Cha’ak’ab Paaxil en Mérida (el cual organizo), Transónica en Guanajuato, el Encuentro de Jazz y Música Viva en Monterrey o el Noise Fest de Puebla, por no hablar de la labor de ensambles de corte académico como Liminar en la Ciudad de México u organizaciones como el Centro Mexicano para la Música y las Artes Sonoras (CMMAS) en Morelia, Sociacusia en Guadalajara, Arte a 360 Grados en Tlaxcala y Sui géneris Lab en Mérida. Deben mencionarse asimismo dos recopilaciones de naturaleza muy distinta pero de considerable impacto: la compilación online en tres volúmenes The Other Mexico: Beyond the Pyramid 2005-2013[1], una selección de considerable valor historiográfico de más de 70 ensambles/proyectos experimentales mexicanos hecha por Julián Bonequi para su netlabel Audition Records, y el colosal proyecto enciclopédico sobre la música electrónica mexicana Variación de voltaje[2] del investigador Carlos Prieto, cuyo primer tomo fue editado en el 2013 junto con un CD recopilatorio que incluye una pieza del improvisador electroacústico mexicano más aventajado de los últimos años, Mario de Vega (quien reside mayormente en Berlín).
Y un texto como éste quedaría incompleto sin una mención al trabajo discográfico en el 2013 de Blaise Siwula, por un lado, y por el otro los hermanos regiomontanos Omar y Milo Tamez. Omar Tamez, posiblemente el improvisador mexicano más activo en escenarios internacionales y director del Encuentro de Jazz y Música Viva[3], editó en el 2013 siete CDs, destacando cuatro dúos: Días de sol, con la pianista Angélica Sánchez; Two Roads, One Path con Harvey Sorgen; De grutas y paisajes con el prodigio español Ramón López, y Cantos con Conny Bauer. Mientras tanto, Milo –el más grande percusionista de improvisación del país, quien vive desde hace años en San Cristóbal de las Casas– participó en la grabación People’s Historia del Estamos Ensemble del pianista Thollem McDonas, en configuración de trío, junto a la improvisadora vocal mexicana Carmina Escobar. Y Blaise –saxofonista y clarinetista de Brooklyn que ahora reside parte del año en Yucatán– editó a finales del 2013 el CD Mérida Swings con músicos de un taller local de improvisación y la singular participación de Armando Martín, el guitarrista más vital del jazz libre mexicano.
En orden de preferencia, a continuación mi lista: 1.- Angélica Castelló – Silvertone e il sentimento oceanico [Monotype]
El casete de Angélica, producido por Martin Siewert, nos atrapa desde sus primeros segundos con su descomunal paleta de emociones. Dedicado a su abuelo, Manuel Castelló-Tárrega y Arroyo[4] –quien combatió (y fue gravemente herido) en la Guerra Civil Española y después formó parte del exilio republicano en México–, el casete comienza con la pieza más larga, inspirada en Adelita del Campo[5] (legendaria bailarina y actriz anarcofeminista española), cuyo título sugiere una exploración del simbolismo de las adelitas[6] o soldaderas de la revolución mexicana. En términos de instrumentación, predominan las frecuencias con distorsión y feedback que no siempre se utilizan con fines abrasivos, además de capturas de radio, grabaciones de campo y juguetes electrónicos que añaden color y descontextualización, así como los instrumentos de aliento en que se especializa Angélica como la flauta dulce y la flauta de pico bajo Paetzold, procesados analógicamente, y otros instrumentos interpretados de modo más tradicional como el ukelele (usado con un efecto deslumbrante en el segundo track, “Tuba Piece”). La composición final, “Limacina (Blütenschmuck)”, combina melodías de ukelele y tonos fluctuantes con grandiosidad y elegancia melódica. En palabras de la compositora, esta música es básicamente un gran barco que abandona un puerto[7], así como una estelar adición a la obra en solitario de Angélica, inaugurada hace un par de años con el también magnífico Bestiario. 2.- Yair López – Primitivo branquiado comedor de hierba de los fondos abisales [Suplex]
Aunque técnicamente este release salió a finales de diciembre del 2012, no dudamos en incluirlo aquí. La composición electroacústica de casi 50 minutos de duración, editada por el subsello online Suplex[8] del netlabel Abolipop y masterizada por Diego Martínez (cofundador del sello y hermano de Israel Martínez, uno de los más sobresalientes artistas sonoros mexicanos), representa la cima de la discografía de Yair hasta la fecha[9]. Creado principalmente con un sintetizador Juno-D, Primitivo branquiado… comienza con tonos de larga duración, distorsionados y con frecuentes paneos estéreo, a los que se superponen de modo súbito otros tonos con mayor agresividad que parecen provenir de una campana cuyo eco fuera distorsionado electrónicamente. Estas voluptuosas frecuencias extendidas, de origen percusivo, aportan una estructura continua pero fluctuante y sus cambios pueden interpretarse como los movimientos de la pieza. No obstante, los drones son avasallados en dos instancias por un desbordante feedback, primero alrededor del minuto 20:00, donde por momentos se evocan texturas industriales o de rhythmic noise y luego poco antes del minuto 40:00, cuando llega el clímax final de la pieza que concluye minutos después con el retorno de los ecos distorsionados de campanas, aunque ahora interrumpidos por una explosión final de ruido blanco alrededor del minuto 46:00, que al consumirse pone fin al disco. 3.- Vulgar Disease – Sonic Compulsive Disorder/Phobia [Covenant Convulsive Club]
Entramos, junto con Wehrmacht Lombardo y Los Heraldos Negros, al lado más extremo y convulsivamente violento de esta lista. Mario Quiroga es un improvisador y ruidista de Puebla considerado de modo unánime como uno de los máximos exponentes del underground mexicano del ruido con base en su destacada producción discográfica, que compensa el escaso número de presentaciones en vivo de sus múltiples proyectos (como Vertex Germ, Dopamine Larvae, Prisionero 13 y otros, entre los cuales Vulgar Disease es el principal). En el primer disco de este CD-R doble, titulado Sonic Compulsive Disorder, abundan las piezas asfixiantes de power electronics con la combinación de gritos y vocales loopeadas, frecuencias agudas distorsionadas y finales abruptos que caracteriza al género, destacando en particular “Sonicland Pt. 1 (Seismic Brain)”, el único track del primer disco que rebasa los diez minutos de duración, así como “Mosquito Syndrome” y “Electrocuted”, piezas más breves de corte harsh noise wall. Y el segundo disco, Phobia, es aun más sólido, comenzando con una pieza basada en drones y continuando con cortes mayormente de harsh noise wall y otros de power electronics con vocales explosivas. En resumen, la grabación más lograda que he escuchado de Quiroga hasta la fecha, altamente recomendada para los aficionados al ruidismo abrasivo. 4.- Remi Álvarez Trío – Lafahmisi [Intolerancia]
Junto con el multiinstrumentista Germán Bringas[10], Remi Álvarez es el decano activo del jazz libre y la improvisación en el país[11], con una labor musical que data de los años 80. Tras fundar el seminal trío colectivo Cráneo de Jade a principios de los 90, sus principales agrupaciones actuales siguen siendo tríos pero con distintas secciones rítmicas: en Antimateria, Remi toca free jazz extático con el contrabajista Itzam Cano y el baterista Gabriel Lauber (la sección rítmica del también poderoso trío Zero Point, liderado por Germán Bringas al saxofón); FAS Trío es un ensamble donde Remi combina el jazz libre con la improvisación contemporánea de estilo académico, con el contrabajista David Sánchez y el baterista Jorge Fernández; y el Remi Álvarez Trío, redondeado por dos jóvenes prodigios del jazz mexicano: el contrabajista Arturo Báez, originario de Michoacán, y el baterista Gustavo Nandayapa, originario de Chiapas, es el más melódico y jazzero de estos tres ensambles actuales. A pesar de que Remi domina prácticamente la familia completa del saxofón (del barítono al soprano), en este disco –mezclado por Daniel Goldaracena y masterizado por Ted Orr en Woodstock, NY– se concentra exclusivamente en el saxofón tenor, con un sonido muscular reminiscente de Sonny Rollins o incluso Jim Pepper y la expresividad gesticulatoria de Sam Rivers y Dewey Redman. Todas las composiciones son suyas y destacan en particular el trío de piezas incluidas en su disco inédito en solitario, de próxima publicación (el tema abridor, “A la resistencia”, así como “Lafahmisi”, tema dedicado a su hija, y la desgarradora “Intensidad contenida”), así como su nueva composición “Terminal 4”, que enfatiza el melodicismo de Báez y la amplia paleta de colores percusivos de Nandayapa. 5.- Carlos Marks – Dislalia [Intolerancia]
Carlos Marks se formó originalmente como un dúo entre el violinista Carlos Alegre y el guitarrista neozelandés Misha Marks, especializado en tocar por monedas en calles, autobuses, vagones del metro y otros espacios públicos con un repertorio que mezclaba la música folclórica mexicana con los tempos acelerados, líneas melódicas al unísono y acentos desquiciados de la música de los Balcanes. Eventualmente, Carlos Marks se convirtió un cuarteto influenciado no sólo por la música balcánica o la tradición popular mexicana sino por el uso de técnicas extendidas de la música contemporánea, así como la improvisación del jazz armolódico. Pensar en una mezcla del trío Odyssey de James Blood Ulmer –que incluía al violinista Charles Burnham– con las piezas más uptempo de Goran Bregović o Duško Gojković es tentador pero apenas comenzaría a describir el sonido carlosmarksista, que aúna influencias cruciales como la melancolía bailable del son huasteco o la desfachatez en las cuerdas de exponentes de la tradición musical del norte de África/península hispánica como Manitas de Plata o Khalifa Ould Eide. Completan el ensamble el contrabajista Axel Tamayo (reemplazado recientemente por Arturo Báez, quien seguramente añadirá influencias de la música michoacana y del Bajío) y el percusionista Jacobo Guerrero, y además participan como invitados el formidable clarinetista bajo neozelandés Blair Latham (quien, junto con Marks y el baterista Darío Bernal, conforma el power trío de jazz libre e improvisación Rolling Eye), así como Alexander Bruck en el violín stroh y Alex Daniels en el acordeón. Destacan particularmente la composición de Alegre “Melos Tirana”, la pieza de Marks “Borrachioca” (en donde brilla el clarinete bajo de Latham) y el glorioso arreglo de “La petenera”, donde la guitarra acústica de Marks se trenza en un desgarrador duelo con el violín de Alegre, primero en un contexto cercano a la improvisación puntillista europea que desemboca en un clímax cuerdístico propio de la música tradicional mexicana o incluso del flamenco. Un documento imprescindible del 2013 mexicano. 6.- Wehrmacht Lombardo – El piso prohibido [Grindcore Karaoke]
Originario de Ciudad Juárez, Miguel Pérez es un guitarrista y artista sonoro, crítico de ruidismo, creador del sello Agorafobia Tapes y uno de los exponentes más sólidos de la escena del ruido extremo en México. De sus tres principales proyectos musicales, La Mancha del Pecado está orientado al ruidismo construido con drones extendidos, Wehrmacht Lombardo consiste en piezas más cercanas al harsh noise wall y con ciertos elementos de power electronics, The Will of Nin Girina es un proyecto de drone ritualista que describe como “conjuros sahuméricos del desierto mexicano”, Enoc Dissonance es otro dúo de noise con elementos rítmicos industriales y ZN (antes Colectivo N) es un dúo de noise rock con influencias de jazz libre de corte brutista. Este release, consistente en dos piezas de poco más de 10 minutos, se describe como la banda sonora de una fiesta clandestina de BDSM y refleja fielmente la sordidez, violencia y humillación física de las zonas de mayor descomposición social de Ciudad Juárez, con una óptica alucinatoria y ligeramente desapegada que nos remite a ciertos momentos de perplejidad descritos por el personaje Oscar Fate en el tercer libro de 2666 de Roberto Bolaño. Junto con Vulgar Disease, quizás tenemos aquí al proyecto más logrado del espectro sonoro altamente agresivo y nihilista en México. 7.- Generación Espontánea – The Marvellous Transatlantic [Ápice]
Autodescrita como una antibanda de improvisación, Generación Espontánea es un ensamble rotativo formado hace años por el flautista Wilfrido Terrazas (originario de Ensenada) y otros músicos que comparten su formación académica y una visión musical en donde confluyen la música contemporánea con la libre improvisación, como el violista Alexander Bruck, el guitarrista Fernando Vigueras y la cellista Natalia Pérez, al igual que otros músicos que aportan un marcado eclecticismo musical como el baterista Darío Bernal Villegas, el multiinstrumentista Misha Marks, el violinista Carlos Alegre y el clarinetista bajo Ramón del Buey. The Marvellous Transatlantic[12] consiste en una colaboración a distancia con músicos europeos (entre los que destacan Thanos Chrysakis, Wade Matthews, Sebastian Lexer, Dafne Vicente-Sandoval, Artur Vidal y Lawrence Williams), mediante una plataforma en línea que otorgaba a todos los músicos la libertad de editar y transformar las aportaciones de los demás participantes. Este proceso democrático y abierto de construcción del disco aportó una gama de sonoridades electroacústicas y una multitud de ideas que se exploran con paciencia a lo largo de las siete piezas, en las cuales no parece escucharse ninguna influencia sonora predominante, a excepción de “Un Riverbero Di Grillaia”, que podría considerarse una composición del guitarrista Riccardo Wanke hecha para improvisadores. El disco más sólido que ha editado uno de los ensambles musicales más importantes del México contemporáneo. 8.- Los Heraldos Negros – Ya de aquí tú te vas [Ruido Horrible]
Los Heraldos Negros (título de uno de los mejores libros de poemas del peruano César Vallejo) es el principal proyecto solista de Sergio Sánchez, artista sonoro, crítico de ruidismo y fundador del sello de CD-Rs y casetes Ruido Horrible. Como en su anterior disco Vivir mejor –nombre de un fallido programa social implementado durante la presidencia de Felipe Calderón– Sergio explora con paciencia pero sin misericordia ciertas atmósferas de intranquilidad social tomadas de la vida cotidiana en los últimos años del centro del país.[13] Ya de aquí tú te vas, frase ominosa que podría haber sido tomada de alguna canción de José Alfredo Jiménez, combina con destreza grabaciones de campo, fragmentos de discursos de políticos mexicanos, feedback y distorsión, el trabajo vocal de los invitados Isidro Reyes y Rodrigo Ambriz (mejor conocidos por los proyectos ruidistas Bloodyminded y Cacophonic Joy, respectivamente), así como los sonidos métalicos y las influencias industriales con que se identifica a la banda Amniosis, de la cual Sergio es fundador y líder. Destacan en particular las opresivas atmósferas de “Sangre” y “A la tumba”, donde las grabaciones de campo son enmarcadas en un contexto postindustrial, así como la sexta y más agresiva pieza del disco (sin título), de corte cut-up noise hecho por computadora. 9.- Xtul – Hands of the End [Tonal Crimes]
Este CD-R del dúo yucateco Xtul,[14] conformado por Enrique R. Palma (laptop y efectos electrónicos) y Javier Beci (guitarra y efectos) es posiblemente la grabación más sólida que han editado hasta la fecha. En las dos primeras piezas, tituladas “Hands of the End” partes I y II, escuchamos una confesión sardónica de algún oscuro asesino serial estadounidense (por momentos ralentizada y en otros momentos dividida en pistas múltiples, lo que enfatiza el narcisismo y esquizofrenia del discurso) a la que se superpone un sosegado collage sonoro formado por bucles con delay, pequeñas frases de improvisación en guitarra eléctrica y cortas explosiones de feedback. A diferencia de la mayoría de las grabaciones del dúo, en esa primera mitad de Hands of the End parece tener más peso la construcción formal realizada durante la posproducción que la explosividad de sus sesiones de improvisación en vivo; en cambio, las dos últimas piezas (“Xenophrenia” y sobre todo “The Foetus God”) presentan el sonido más cercano a la improvisación ruidista –y, por momentos, al harsh noise wall– con que asociamos a Xtul, aunado con drones melódicos que demuestran una cierta influencia ambient o incluso kosmische. 10.- Muz Muz – Melaza [Suplex]
Melaza es una pieza de 30 minutos del dúo capitalino de improvisación electroacústica Muz Muz, integrado por Gudinni Cortina (trompeta de bolsillo, laptop y efectos electrónicos) e Íñigo Barandiaran (laptop, tornamesa y efectos), masterizada finamente por Tana Barbier y editada para Suplex, subsello online del netlabel Abolipop. La pieza está ordenada en segmentos continuos que asemejan tracks, separados por breves silencios, que abarcan un rango extenso de frecuencias electrónicas –surgidas en varias sesiones de improvisación– que se suceden por momentos a un ritmo que, aunque llega a ser vertiginoso, nunca se sale de control, mientras que en otros instantes el dúo explora con sosiego drones y texturas electrónicas de carácter minúsculo. Si bien por momentos los tonos electrónicos –con timbres metálicos y un aparente origen percusivo– quedan engullidos por masas de feedback y ruido blanco, no suelen tardar en aparecer drones melódicos con influencias de ambient o incluso de post-rock. La grabación más lograda hasta la fecha de este promisorio dúo refleja el saludable momento que vive la escena de improvisación electroacústica en la Ciudad de México.■ About the Author
Gerardo Alejos es un traductor y abogado que fundó y cura el festival de improvisación Cha’ak’ab Paaxil (canción libre o música libre, en maya yucateco) en Mérida, en cuyas seis ediciones anuales consecutivas se han presentado Burkhard Stangl, Paal Nilssen-Love, Sean Meehan, Bhob Rainey, Jason Lescalleet, Robert Piotrowicz, Alan Courtis, Bonnie Jones, Greg Kelley, Dennis González, Elliott Levin, John Blum, Vic Rawlings, Chris Cogburn y Reed Evan Rosenberg, entre muchos otros artistas internacionales, además de la gran mayoría de los improvisadores mexicanos más sobresalientes. Junto con Enrique Rejón, es fundador y curador del sello Lengua de Lava, de reciente creación.
Footnotes
1. http://www.auditionrecords.com/ar085.php, http://www.auditionrecords.com/ar086.php y http://www.auditionrecords.com/ar087.php ↩
2. http://www.facebook.com/voltajemx ↩ 3. Las once ediciones anuales del Encuentro regiomontano igualan las del festival Radar y los convierten posiblemente en los festivales de música experimental en activo más antiguos de México. ↩ 4. http://lacomunidad.elpais.com/memoria-historica/2011/11/23/manuel-castello-tarrega ↩ 5. http://www.alasbarricadas.org/ateneovirtual/index.php?title=Adela_del_Campo ↩ 6. http://en.wikipedia.org/wiki/Soldaderas ↩ 7. El formidable CD Untitled: for William Turner, Painter, de Burkhard Stangl, otro de los mejores discos del 2013, comparte con Silvertone… el motivo del mar como principal eje sonoro. ↩ 8. http://www.suplex.mx/ ↩ 9. El título es una descripción de una bestia mitológica con ciertos rasgos de animales que se creían extintos como el celacanto, que se describe como un “primitivo branquiado de cuerpo adiposo de los fondos abisales”. ↩ 10. Bringas es también el fundador del Café Jazzorca, principal foro de jazz libre e improvisación en la capital del país, con una labor ininterrumpida de casi dos décadas, así como de Discos Jazzorca, donde ha editado múltiples grabaciones de sus proyectos musicales, como dos cajas de 7 CDs cada una. ↩
11. También podría incluirse entre los decanos activos del jazz libre en México al multiinstrumentista Marcos Miranda, fundador en los 90 de la seminal banda Sociedad Acústica de Capital Variable, así como al guitarrista Omar Tamez de Monterrey, por no hablar de los primeros músicos mexicanos que hicieron jazz libre a finales de los 60, como el saxofonista Henry West (mayormente alejado de la música desde hace décadas), la pianista Ana Ruiz, el saxofonista Alejandro Folgarolas y el también saxofonista pero principalmente artista sonoro Ariel Guzik, entre otros. ↩ 12. Cuya portada, un barquito de papel doblado, comparte el símbolo del barco en el océano con Silvertone… de Angélica Castelló. ↩
13. Las piezas del disco deben leerse (escucharse) en el contexto de violencia institucional y campañas de terror mediático en ciertas zonas del país creado por la corrupta abulia gubernamental y las acciones de cárteles de la droga de nueva generación como los Zetas y los Caballeros Templarios, lo cual detonó en la creación de grupos paramilitares de autodefensa ciudadana que operan actualmente en estados como Guerrero, Oaxaca y Michoacán. ↩
14. Xtul es el nombre de un pequeño poblado en la costa yucateca, muy cercano a Progreso, donde se asentó a mediados de los 60 uno de los cultos satánicos más extraños del siglo XX, la Iglesia del Juicio Final, también conocida como El Proceso, véase: http://en.wikipedia.org/wiki/The_Process_Church_of_The_Final_Judgment ↩
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